PATRICIA CALABRESE

  

RETAZOS DE UN ALA AZUL

    
Retazos de un ala azul  
agitan en la huella su sombra,  
la grana en el calor del abrazo  
chupa las imágenes atrapadas,  
huye con el viento la desesperada muerte;  
en el aire un olor duerme esperando el sueño,
los bordes sedientos derrumban su espacio
no se contiene la carne en la forma
sacuden los dedos la clepsidra
huye con los ecos la huella,  
en el viento la muerte se dispersa.  

    

VERDE SATISFACCIÓN
DEL CONSUELO
   
Verde satisfacción del consuelo,
una invención fugaz siembra el paisaje  
de una verdecina soledad.  
En la noche las confesiones  
huelen a gris,  
y los juegos revelan su antigüedad.  
Verde fuga, verdosa y parda humedad
en la tierra
el agua besa la melancolía de un andar.  

        

LEJANA MARCHA

    
Lejana marcha  
y extraña lejanía de la senda  
en el multitudinario paisaje oblicuo
donde las cuerdas revocan
la unicidad del mundo
y conquistan el letargo de los carceleros.  
La distraída y agónica huella  
dilata la barca,  
diluye el espacio del deseo
ya no podrá adormecer la voz  
Orfeo, el pasajero del abismo...
detrás de sus ojos
el irremediable tú.  

                

ME DUELE EN ESTA BUSCA

TU NOMBRE

    
Me duele en esta busca tu nombre
y no sé que inclinación darte,
si estás aquí, en este agujero  
suspendido de algún extraño cordaje
o si ya te has ido, más allá  
de este itinerario deseante;
es cuestión de coincidencia,  
además en el vacío la caída no es fácil.
Que somos pocos los mencionados
y que el espacio tiene cerrojos, sí,  
como también es insistente  
el hallazgo de tu cicatriz errante.

           

EN EL AZOGUE Y LA FUGA

    
En el azogue y la fuga
irremediable la mueca, el ángulo de una intimidad
para los pertrechos del encuentro;  
y por la alusión al antiguo gesto
todos nosotros buscándonos,  
todos escurriéndonos del otro lado de la luna,  
agua caliente pasajera del recuerdo,  
abismando vivencias en la estrechez de la cita.  

            

LOS CUERNOS DEL ALCE AZUL

                   
Los cuernos del alce azul
enganchan la cresta del paisaje  
cuando lengüetea
la múltiple y espejada esfera
en la danza nocturnal  
las voces sin sur
los ecos desmemoriados
zozobran la audacia del tiempo.