DOSSIER PIZARNIK |
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Alejandra Pizarnik encontró
tempranamente su muerte (1936-1972); su poesía es silencio dotado de
voces y palabra callada en el espacio y tiempo del poema. “Si
me preguntan para quién escribo
– dijo Alejandra en la antología Quince
poetas[1]–
me preguntan por el destinatario de mis poemas. La pregunta garantiza, tácitamente,
la existencia del personaje.
De modo que somos tres: yo; el poema; el destinatario. Este triángulo
en acusativo precisa un pequeño examen.
Cuando termino un poema, no lo he terminado. En verdad lo
abandono, y el poema ya no es mío o, más exactamente, el poema existe
apenas. A
partir de ese momento, el triángulo ideal depende del destinatario o
lector. Únicamente el lector puede terminar el poema inacabado,
rescatar sus múltiples sentidos, agregarle otros nuevos. Terminar
equivale, aquí, a dar vida nuevamente, a re-crear.” En estas palabras está el sentido de la
lectura.
[1] En la antología Quince
poetas, selección y prólogo
de César Magrini, Ediciones Centurión, Buenos Aires, 1968.
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Solo un nombre | (La última inocencia, 1956) | |
La carencia | (Las aventuras perdidas, 1958) | |
11 | (Árbol de Diana, 1962) | |
14 | (Árbol de Diana, 1962) | |
17 | (Árbol de Diana, 1962) | |
25 | (Árbol de Diana, 1962) | |
37 | (Árbol de Diana, 1962) | |
Poema |
(Los trabajos y las noches, I, 1965) | |
Encuentro | (Los trabajos y las noches, I, 1965) | |
Tu
voz |
(Los trabajos y las noches, I, 1965) | |
Nombrarte |
(Los trabajos y las noches, I, 1965) | |
El corazón de lo que existe | (Los
trabajos y las noches, II, 1965) |
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Los ojos abiertos | (Los
trabajos y las noches, II, 1965) |
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Cuarto solo | (Los
trabajos y las noches, II, 1965) |
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La verdad de esta vieja pared | (Los
trabajos y las noches, II, 1965) |
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Linterna sorda | (Extracción de la piedra de la locura, 1968) | |
En la otra madrugada | (Extracción de la piedra de la locura, 1968) | |
Adioses del verano | (Extracción de la piedra de la locura, 1968) | |
La palabra que sana | (El infierno musical, III, 1971) | |
Pequeños poemas en prosa | (Publicados en La Nación, Buenos Aires, el 21-III-1965.) | |
Alegría | (Publicado en Papeles de son Armadans, Palma de Mallorca, año 14, número 145, abril de 1968) |
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La carencia |
Yo no sé de pájaros, | |
no conozco la historia del fuego. | |
Pero creo que mi soledad debería tener alas. | |
(Las aventuras perdidas, 1958) |
11 |
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ahora | |
en esta hora inocente | |
yo y la que fui nos sentamos | |
en el umbral de mi mirada | |
(Árbol de Diana, 1962) |
14 |
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El poema que no digo, |
el que no merezco. | |
Miedo de ser dos | |
camino del espejo: | |
alguien en mí dormido |
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me come y me bebe. | |
(Árbol de Diana, 1962) |
25 |
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(exposición Goya) | |
un agujero en la noche | |
súbitamente invadido por un ángel | |
(Árbol de Diana, 1962) |
37 | |
más allá de cualquier zona prohibida | |
hay un espejo para nuestra triste transparencia | |
(Árbol de Diana, 1962) |
Poema |
Tú eliges el lugar de la herida |
en donde hablamos nuestro silencio. |
Tú haces de mi vida |
esta ceremonia demasiado pura. |
(Los
trabajos y las noches, I, 1965) |
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Alguien entra en el silencio y me abandona. |
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Ahora la soledad no está sola. |
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Tú hablas como la noche. |
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Te anuncias como la sed. |
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(Los
trabajos y las noches, I, 1965) |
Nombrarte |
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No el poema de tu ausencia, | |
sólo un dibujo, una grieta en un muro, | |
algo en el viento, un sabor amargo. | |
(Los
trabajos y las noches, I, 1965) |
El corazón de lo que existe | |
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no me entregues | |
tristísima medianoche, | |
al impuro mediodía blanco | |
(Los
trabajos y las noches, II, 1965) |
Los
ojos abiertos |
Alguien mide sollozando |
la extensión del alba. |
Alguien apuñala la almohada |
en busca de su imposible |
lugar de reposo. |
(Los
trabajos y las noches, II, 1965) |
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Si te atreves a sorprender |
la verdad de esta vieja pared; | |
y sus fisuras, desgarraduras, | |
formando rostros, esfinges, | |
manos, clepsidras, | |
seguramente vendrá | |
una presencia para tu sed, |
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probablemente partirá | |
esta ausencia que te bebe. |
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(Los
trabajos y las noches, II, 1965) |
En la otra madrugada |
Veo crecer hasta mis ojos figuras de silencio y desesperadas. Escucho grises, densas voces en el antiguo lugar del corazón. |
(Extracción de la piedra de la locura, 1968) |