Asterión XXI

Revista cultural

           

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DROGAS INTELIGENTES

 

por Juan Carlos Ruiz Franco

            


 

  ¿Drogas inteligentes? La expresión parece una contradicción entre sus términos, ya que en todas partes escuchamos que las drogas matan, que crean enfermos y que incitan al crimen.

  Sería largo de explicar  -y seguramente no convencería a la mayoría, tan influidos están por gobernantes y medios de comunicación a su servicio- que las opiniones al uso sobre las sustancias psicoactivas están falseadas y manipuladas. El problema de la droga simplemente no existía antes de que fueran prohibidas. No había delincuencia asociada a ellas, ni enfermos arrastrándose por calles y hospitales, exceptuando a los consumidores habituales de alcohol, droga institucional, permitida y publicitada. La decisión del gobierno estadounidense de controlar estas sustancias, influido por sectores puritanos y con poder económico, tomada a principios del siglo XX, precipitó la cascada de leyes, reglamentos, persecuciones y prohibiciones iniciados por casi todos los países del mundo, y que persisten hoy día, como una muestra más del dominio norteamericano sobre la tierra.

  Personalmente, me parece claro que el llamado problema de la droga fue originado por su prohibición, afirmación demostrada por la historia de su consumo antes y después. El ser humano, desde que es tal, durante milenios, ha venido tomando todo tipo de sustancias, dejándose llevar por la sabiduría popular y el sentido común, y nunca han surgido problemas de salud asociados a ellas. En cambio, el siglo XX y los pocos años de siglo XXI que hemos vivido, han visto aparecer todo tipo de problemas legales, vitales, médicos y éticos. Aun cuando el lector no comparta mi punto de vista, no creo que pueda indicarme muchos éxitos del prohibicionismo, sino que tendrá que reconocer que el asunto va a peor día a día, así que incluso a efectos prácticos la penalización del consumo y posesión de drogas es totalmente contraproducente. No quiero extenderme demasiado en este tema, porque en realidad no es el de mis publicaciones, y me gustaría remitir al lector a la monumental obra de Antonio Escohotado, Historia de las drogas, para informarse. En Internet pueden visitar la página web Mundo antiprohibicionista , en especial esta sección

  Recuerden que para decidir en todos los asuntos de la vida, y en especial para dictaminar en cuestiones tan problemáticas, hay que estar informado y no dejarse llevar por demagogos, charlatanes, rumores de la calle y medios de comunicación manipulados.  

  Nuestro tema es el de las drogas inteligentes. Es seguro que el hombre moderno, independientemente de la actividad a la que se dedique, está interesado por mejorar su rendimiento físico e intelectual (y quizás también el sexual). Hay una serie de fármacos, alimentos y suplementos nutricionales que le pueden ayudar a superarse. Se trata de las smart drugs, las drogas inteligentes, denominación bajo la que se engloba una gran cantidad de productos con ciertas características comunes: aumentan el rendimiento, no son adictivos, carecen prácticamente de efectos adversos y pueden adquirirse más o menos fácilmente. A pesar de esto, son sustancias poco conocidas. Es también frecuente el uso de la palabra nootrópicos, que procede del griego noús (mente) y trópos (movimiento), dando a entender que se trata de sustancias cuyo objetivo es actuar sobre las capacidades cognitivas. Es cierto que estamos utilizando una definición muy amplia, que podría aplicarse a la gran mayoría de drogas, por lo que nos parece más apropiado decir que son sustancias que mejoran la inteligencia, el aprendizaje, la memorización y el recuerdo, sin efectos importantes a nivel del sistema nervioso central y con un poder tóxico bajo.

  Para tranquilidad del lector, diremos que no estamos hablando de drogas con poder de adicción, sino que estamos usando el significado de este término tal como era antes de la grandiosa cruzada que los gobiernos de casi todos los países emprendieron hace tiempo contra esas sustancias que no les reportan beneficios económicos porque no se venden en farmacias ni en establecimientos controlados, como bares y estancos. "Droga" es definido por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua como: 1. Sustancia mineral, vegetal o animal, que se emplea en la medicina, en la industria o en las bellas artes. 2. Sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno. 3. Medicamento. ¿Dónde está el sentido peyorativo, que nos hace pensar en delincuencia, crimen, vicio y prostitución, y que tanto oímos? ¿No será que los mismos que prohibieron las drogas fueron los causantes, voluntaria o involuntariamente, de todos los problemas a ellas asociados? Es un hecho que el problema de la droga constituye un buen chivo expiatorio al que achacar los males de la sociedad, a la vez que pretexto para justificar todo tipo de leyes represivas, control policial y entrometimiento en la vida privada de los ciudadanos.

  Mientras todos los bienpensantes se escandalizan al oír hablar de drogas, no veo que nadie se eche las manos a la cabeza cuando alguien acude a la farmacia con una receta de Valium, Nolotil, Prozac, Torecán o Clamoxyl, por nombrar algunos de los fármacos de venta legal más consumidos, y por no hablar de alcohol y tabaco, causantes, directa o indirectamente, de millones de muertos y enfermos cada año. Tengan en cuenta que la ingesta de unos 10 comprimidos de un fármaco tan popular y considerado inofensivo como la Aspirina pondría en peligro la vida de cualquiera. Sin embargo, no veo a nadie escandalizarse por ver Aspirina en cualquier hogar o botiquín, ni que nadie llame drogadicto a quien la consume día tras día. Frente a ese potencial tóxico del más famoso analgésico, la mayoría de las drogas inteligentes no harían ningún daño importante en caso de ingestión masiva.

  Quiero dejar bien claro que mi intención no es convencer a nadie de nada, sino simplemente informar. Una vez el sujeto está informado, es libre de elegir como persona que es. La actitud contraria, la oficial y predominante, absorbida por las mentes de la mayoría de los ciudadanos, es criticar y censurar sin antes conocer, y aceptar los estereotipos que nos inculcan los gobiernos y quienes están a su lado. Como personas que somos, podemos elegir lo que mejor queramos para nosotros mismos, siempre que no dañemos a los demás. Podemos exigir nuestro derecho inalienable a consumir lo que deseemos, a hacer con nuestros cuerpos lo que nos venga en gana, y a acabar con nuestras vidas cuando así lo decidamos.

  La realidad -que muchos quieren ignorar, tal como un avestruz esconde la cabeza bajo tierra cuando advierte un peligro, creyendo equivocadamente que así lo evita-  es que el ser humano siempre ha buscado productos naturales a fin de solucionar problemas de salud, pero también para recibir algún tipo de estímulo que modifique su estado de ánimo, que le produzca sensaciones de placer, relajación o euforia. En años recientes esta tendencia parece tomar nuevo auge, con las llamadas drogas inteligentes, gracias a las nuevas formas de comunicación menos controladas -como Internet- que permiten el intercambio de conocimientos y la libre información.

  Para terminar, no crean que lo que aquí defiendo es algo revolucionario, ni que soy algún tipo de rebelde anti-sistema. Permítanme de nuevo insistir en que el consumo de drogas –inteligentes o no- es tan antiguo como el hombre, y seguramente es un hecho consustancial nuestro, a pesar de que en estos últimos 90 años han intentado hacernos creer lo contrario.

  Les invito a leer una serie de artículos míos, en formato pdf, que pueden descargar aquí. Espero con ello aportarles información provechosa sobre las smart drugs, para todos aquellos que quieran mejorar su rendimiento en el trabajo, en los estudios, en sus aficiones, en el deporte y en la vida en general.

 

Pueden leer más material sobre este tema en http://www.drogasinteligentes.com

            

Juan Carlos Ruiz Franco es profesor de Filosofía, nutricionista deportivo y webmaster y co-director del portal de ajedrez Hechiceros del Tablero (http://www.hechiceros.net). Acaba de redactar un libro sobre Drogas Inteligentes, que espera publicar en breve.

             

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