Asterión XXI

Revista cultural

           

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Desde el ayer:

PREJUICIOS

 

por Fernando Pedró

  

  ¡Dadme a probar cocaína!”. Prejuicios mediante, la exclamación  parece sacada de la letra de algún rock. Nos dejamos llevar por esa creencia popular que “señala” que la droga fue poco menos que inventada por un tipo que seguramente debía ser hippie, músico de rock y ... ¡joven!.

  Pero llega la sorpresa, como tantas otras veces en que compramos argumentos ajenos. La frase pertenece a un couplet creado por Lola Membrives (1888-1969), emblema del teatro nacional y considerada una de las más brillantes intérpretes del repertorio español.

  Cuando encontré el viejo libro de partituras, una portada atrapó mi atención: “La Cocaína”.

 

 

  La letra traza una historia sencilla y quizás hasta de poco valor artístico: la debacle producida tras una pena de amor y su trágico final. Pero Lola detalla el ámbito en que se mueve la protagonista: copas de champagne, orgías, foyer ... La combinación alcohol-drogas estaba presente mucho antes que la ola sesentista llegara a estas playas. Y mucho antes aún que se dijera “Argentina es un país de tránsito, no de consumo” (1).

   Imaginé el escándalo que ocasionaría hoy, prejuicios míos, la puesta en escena de semejante obra. Imaginé, prejuicios míos, que algún abogado presentaría un recurso por Apología de la droga”. Imaginé, prejuicios míos, la hipocresía del poder que pide mano dura para unos, mientras esconde su basura bajo la alfombra. Imaginé una alfombra a la que ya se le ven muchos bultos. Pero son prejuicios míos. 

  

  

La Cocaína

  

I

Un amante tuve yo
lleno de pasión y fe
pero sin saber porqué
el cruel me abandonó.
  
Le buscaba sin cesar
y entre copas de champagne
olvidar así quería, 
la locura de mi afán.
  
Quise olvidar con el licor
quise matar mi cruel dolor
y entre orgía yo ansiaba
al hombre que tanto amaba.
   
Cuando el querer me hizo penar
cuando el amor yo vi alejar
fue la morfina consuelo
para mi anhelo feroz calmar.
  

II

Yo cenaba en un foyer
y a mi antiguo amigo vi
que besó con frenesí
a una estrella del couplet.
  
Su maldita ingratitud
agitó mi corazón
y oprimiendo así un cuchillo
vengar quise su traición
  
¡Viva el champagne que da placer!
quiero olvidar, quiero beber
mi juventud ya declina
dadme a probar cocaína.
  
Amante infiel yo vengo a ti
loca grité de exaltación
y en mi fatal desvarío
hundí el cuchillo en su corazón.
  

Lola Membrives

  
(1) Referencia al latiguillo que desde distintas reparticiones oficiales (Policía Federal, Secretarías de Narcotráfico, etc) nos cansamos de oir los argentinos desde la década del 70 hasta hace pocos años (la realidad se impuso sola) Regresar a nota
  

mail: fernandopedro@asterionxxi.com.ar

   

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