Asterión XXI

Revista cultural

           

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DOXA

El reino de la Opinión

 

  Esta Sección está consagrada a la Opinión en su lado público. Aquella opinión que expresa juicios morales, juicios que lamen el costado político de nuestros espíritus. No es Episteme. La Doxa muda y es blanco de disenso. Los juicios que aquí se estampan son de valor, sin que nada pruebe su exactitud. No hay una única verdad política y la comprensión de la sociedad y sus relaciones acá se muestra plural. Pretendemos que la opinión no sea compra de discurso ni costumbre establecida. La queremos pública y racional.

  Doxa es un espacio de debate tan amplio como cada uno de nosotros se atreva a concebirlo.

 

EL PAIS DEL COMO SI

 

por Miguel Grassi

       

  La actitud del como si representa en los juegos de los niños una postura que les permite apropiarse de la realidad, entenderla y, finalmente, incorporarla. En definitiva, les permite crecer a través de la actividad lúdica.

  La misma actitud encontramos en nuestro país, pero, sin los resultados antes señalados. Al igual que los niños tenemos una actitud lúdica en la que nuestro principal juguete se llama República Argentina.

  El país del como si lo vemos a diario, es el país real-irreal donde nadie ocupa el lugar para el que se preparó -si acaso se preparó-, es el país de personas que juegan a ser médicos, abogados, periodistas, diputados, curas y hasta presidentes de la Nación. Incluso nuestro pueblo sabiendo que nuestra patria está golpeada quiere creer que estamos condenados al éxito (1). Por supuesto... El país del como si: somos blancos, europeos, ganadores, Dios es argentino, el mundo nos tiene envidia, EE.UU no nos quiere, el F.M.I. es malo, nos dieron el peor grupo del Mundial, la carne argentina es la mejor, tenemos las mejores minas del mundo, tenemos los cuatro climas, etc.

  Ahora bien, los argentinos todavía nos llegamos al estadio de superar el juego -como elemento de crecimiento- hecho que implicaría acceder a un estadio de responsabilidad plena por nuestras acciones (hacernos cargo), ya no se trataría solamente de un juego. La gran revolución argentina estará precedida por la pequeña gran revolución, la de hacernos responsables, la de cargo de nuestros actos, la que nos va a preparar para la otra.

  Alumnos que quieran estudiar y no zafar, que comprendan que el esfuerzo es el único camino a la excelencia y la no-frustración futura. Vecinos que no lleven a ensuciar las plazas y veredas, de ciudadanos que no estacionen sus autos en cualquier sitio, de jóvenes que dejen de manejar como si fuesen pilotos de fórmula uno, poniendo en el stereo su música a un volumen tal que se escucha en toda la manzana a las tres de la madrugada.

  Éstas no son simples enumeraciones folclóricas del comportamiento de un pueblo, sino características cotidianas que expresan aspectos profundos, convalidados por nosotros mismos día a día desde el momento en que no cuestionamos tales prácticas y que las aceptamos. Finalmente somos eso, lo que nos devuelve la realidad a diario y no lo que creemos que somos -de paso: pensemos en esta cuestión como fuente de frustraciones.

  ¿Quién trabaja en el país para que éste funcione? ¿Quién lo sostiene? Creo que trabajan muchos menos de los que dicen trabajar y los otros siguen jugando.

  Llamemos a las cosas por su nombre: al juego, juego y a la realidad: Argentina. Miremos a nuestro alrededor, ahí encontraremos seres humanos, no nos hagamos los distraídos.
  

(1) Palabras de un reconocido agente inmobiliario de la zona Sur del Gran Buenos Aires. (N. de E.: Para los internautas del resto del mundo la referencia es a Eduardo Duhalde)

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